Los Hechos Son Una Cosa,
EL DISCURSO Otra...
Ernesto Sábato, hijo de inmigrantes, se pregunta en su libro "El escritor y sus fantasmas":
"¿Cuál es mi Patria?
Crecimos bebiendo la nostalgia europea de nuestros padres, oyendo de la tierra lejana, de sus mitos y cuentos, viendo casi sus montañas y sus mares.
Lágrimas de emoción nos han caído cuando por primera vez vimos las piedras de Florencia y el azul del Mediterráneo, sintiendo de pronto que centenares de años y oscuros antepasados latían misteriosamente en el fondo de nuestras almas".
Pero la patria son ambas, o es una divida en dos, resuelve, al agregar: "Para peor, también en momentos de soledad en aquellas ciudades sentimos que nuestra tierra era ésta, estaba acá, en la Pampa".
En ninguna otra parte del mundo el impacto migratorio italiano produjo una alteración cualitativa y cuantitativa tan profunda como la que se registró en la población argentina, capaz de modificar para siempre los gustos, los hábitos y la identidad de un país semidesierto.
Costó cumplir el sueño de fare l'América, y a veces se sufrió mucho.
Pese a ellos, quienes llegaron a la Argentina lograron ser los verdaderos protagonistas de una empresa fundacional.
La Argentina moderna es hija del esfuerzo de esos extranjeros que vivieron en chacras y se amontonaron en inquilinatos, a quienes no les tembló la mano para cocinar y lavar; que comieron, bebieron, se amaron y engendraron hijos que tuvieron hijos, que tuvieron hijos, que tuvieron hijos...
EL DISCURSO Otra...
«Los atlas dicen que Sicilia es una isla y debe de ser verdad, los atlas son libros de honor. Pero entran ganas de dudarlo al pensar que, al concepto de isla, suele corresponder un grumo compacto de raza y costumbres, mientras que aquí todo está mezclado, es cambiante, contradictorio, como en el más variado de los continentes.
Es cierto que las Sicilias son muchas, nunca acabaré de contarlas»
Ernesto Sábato, hijo de inmigrantes, se pregunta en su libro "El escritor y sus fantasmas":
"¿Cuál es mi Patria?
Lágrimas de emoción nos han caído cuando por primera vez vimos las piedras de Florencia y el azul del Mediterráneo, sintiendo de pronto que centenares de años y oscuros antepasados latían misteriosamente en el fondo de nuestras almas".
Pero la patria son ambas, o es una divida en dos, resuelve, al agregar: "Para peor, también en momentos de soledad en aquellas ciudades sentimos que nuestra tierra era ésta, estaba acá, en la Pampa".
En ninguna otra parte del mundo el impacto migratorio italiano produjo una alteración cualitativa y cuantitativa tan profunda como la que se registró en la población argentina, capaz de modificar para siempre los gustos, los hábitos y la identidad de un país semidesierto.
Costó cumplir el sueño de fare l'América, y a veces se sufrió mucho.
Pese a ellos, quienes llegaron a la Argentina lograron ser los verdaderos protagonistas de una empresa fundacional.
La Argentina moderna es hija del esfuerzo de esos extranjeros que vivieron en chacras y se amontonaron en inquilinatos, a quienes no les tembló la mano para cocinar y lavar; que comieron, bebieron, se amaron y engendraron hijos que tuvieron hijos, que tuvieron hijos, que tuvieron hijos...
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